miércoles, 19 de septiembre de 2007

Esperanza Aguirre pretende imponer el uniforme en todos los colegios

Esperanza Aguirre pretende imponer el uniforme en todos los colegios.
Las mentiras del uniforme.



Una nueva medida de la presidenta regional para mejorar la enseñanza madrileña: uniformar a todos los alumnos y alumnas de la Comunidad de Madrid.


Según el Consejero de Educación, Luis Peral, el uniforme «imprime disciplina». Se argumenta además que el uniforme evita la competencia entre los alumnos por las marcas de ropa.


Todo eso es mentira. Por eso CNT-Enseñanza está en contra de la uniformización en las aulas.
La verdad del uniforme es la siguiente:



1. El uniforme es sexista. Dicen que el uniforme iguala a los alumnos. Eso es verdad, iguala la indumentaria de los alumnos con los alumnos y de las alumnas con las alumnas, pero diferencia a alumnos y alumnas, unos con pantalones y otras con falda. Para que no fuera sexista todos los alumnos y alumnas debieran lucir pantalón o faldita.


2. El uniforme es jerarquizador. Con esta medida se remarcaría la diferencia jerárquica entre profesores/as y alumnas/os. Los primeros no tienen porqué llevar uniforme y los segundos pueden verse obligados a llevarlo. Para ser coherentes todos debieran ir uniformados, tanto alumnas/os como profesores/as.


3. El uniforme es un negocio, que hasta el día de hoy ha hecho ganar mucho dinero a muchos centros privados o semiprivados (subvencionados) que lo imponen como obligatorio. Veremos cómo se organiza el reparto del negocio en la escuela pública.


4. El uniforme no evita la competencia “marquista” sino que la oculta. La Administración liberal-conservadora nos pretende hacer creer que el uniforme evita envidias, competencias, etc. Eso es mentira. En la escuela conviven (bien, mal o regular) distintas clases sociales. Esas clases sociales tienen distintos hábitos, costumbres que les definen como perteneciente a ella. Esas costumbres o hábitos son complejos y en muchos casos están interiorizados. La indumentaria es uno de estos hábitos complejos que definen a unas clases frente a otras. Explicar la ideología (oculta aparentemente) de los hábitos indumentarios sería largo. Lo ingenuo es creer que la Consejería conservadora quiere evitar competencias entre alumnos. La consejería quiere ocultar la existencia de clases y a través de la uniformización da un paso en este proceso de ocultación.



Los hombres y mujeres que vivimos en las sociedades capitalistas post-industriales mamamos competencia, consumo, individualismo en todas las instituciones al servicio de las clases dominantes. La escuela capitalista es una de ellas. Los pequeños atisbos de honradez o resistencia a los que la escuela da margen cada vez son menores. La uniformización que nos imponen es una prueba más.



¡No al uniforme escolar!
¡Todos los políticos/as uniformados con faldita!


8 comentarios:

Anónimo dijo...

Un poco de autospam nunca viene mal:

http://www.otromadrid.org/articulo/4167/fiesta-meson-gallego/

Anónimo dijo...

Pues no estoy de acuerdo con vosotros. Puede que tengais razón en algunos aspectos pero el uniforme escolar no es ni mucho menos nada terrible. Esa reacción precisamente viene generada por el propio capitalismo y su supuesto individualismo consistente en proporcionarte una máscara para el resto del mundo, el comprarse una "identidad" que no es más que otra marca expuesta en el mercado.

Los uniformes escolares, por lo general están fabricados con materiales muy resistentes y fáciles de limpiar, son mucho más baratos que la ropa normal y aguantan mucho más, son mucho más baratos que la ropa de calle.

La competitividad de las marcas es una verdad como un templo y los colegios son los escaparates donde los niños quieren lucir sus últimos caprichos.

En España los uniformes se tienen asociados a elitismo y a centros privados, pero en muchos paises como Inglaterra el uniforme se lleva en los centros públicos y nadie se ha muerto.

Además plantea una solución muy fácil para los padres. Me pregunto si alguno/a de los/as que han escrito esto tiene hijos/as en edad escolar.

Gana Dinero Fácil dijo...
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Anónimo dijo...

Tampoco quiero atardarme demasiado con mi respuesta, ya que éste es un tema sumamente complejo y temo dispersarme. Sin embargo, quiero hacer algunas puntualizaciones.

Que el capitalismo busca sepultar la identidad grupal mediante la implantación de falsas identidades individuales no lo niega nadie. Pero, lejos de invertir esta tendencia, el uniforme la prolonga, ya que mitiga las diferencias de origen social al hacer que ricos y pobres adopten la misma vestimenta.

Además, no impide que el sujeto se forje una identidad a través de las marcas, sino que lo fomenta, precisamente porque éstas aparecerán a sus ojos como un contrapunto a la monotonía del uniforme y de la escuela. Por todos es sabido que, cuando se reprime un impulso (en este caso, la exhibición de una marca), éste carga con fuerza renovada.

Así, pues, yo no concibo este texto como una reacción individualista, sino todo lo contrario. ¿O es que el PP va a estar interesado en desarrollar el espíritu de asociación y el apoyo mutuo entre la juventud?

Otra cosa que se podría decir es la manera en que el uniforme genera una suerte de identificación con la institución escolar; identificación que el estudiante deberá reproducir cuando, más adelante, sea empleado de cualquier firma transnacional.

En cuanto al argumento de autoridad que utilizas en el último párrafo, me parece que está fuera de lugar. La validez de un planteamiento se demuestra por sí misma, no por su autoría. De todos modos, sé de buena tinta que los/as autores/as se encuentran en situaciones familiares y económicas bastante dispares.

He aquí mi aportación al debate. ¡Un saludo!

Anónimo dijo...

Claro que autoridad!!! Tu dejarás a tus hijos que se vistan sólos cuando todavía no sepan ni limpiarse el culo y que se vayan a comprar la ropa ellos sólos sin llegar ni al mostrador y por supuesto que sea con su dinero y se pongan a trabajar con 8 años. Me parece que te faltan un poco de dosis de realidad.

Estoy de acuerdo que si la medida viene de la administración burguesa, sea del PP, del PSOE o el partido burgués de turno la medida va a venir acompañado de algo con lo que se saquen beneficio. Pero es que vuestro análisis choca más con otros aspectos que con ese y por eso no estoy de acuerdo.

Mi pregunta es bien intencionada y la validez de un argumento está en ella misma, el problema es que no hay argumento alguno, hay consignas y si puedo valorar y depositar mi confianza en consignas lanzadas por un experto en una materia que no domino.

El ejemplo de inglaterra lo he nombrado porque allí un traje escolar es mucho más barato que la ropa de calle, de hecho en los barrios obreros los chavales están todo el día con el uniforme, porque es barato, resistentes a los juegos de calle y se lava fácilmente. (ah se me olvidaba! que lavarle la ropa a mis hijos es autoritario, a la par de ser un coñazo, que lo hagan ellos)

Tampoco estoy de acuerdo con lo de las marcas, quizá tu estés pensando en jóvenes de a patir de 14 años, pero yo pienso en los menores, los cuales el colegio es su máximo exponente de socialización. Se llevan hasta los jugetes al colegio para presumir de ellos...si se corta desde la infancia esa conducta con la ropa seguramente no se arrastre mucho. Por supuesto otro ente de socialización que es la TV se encargará de reeducales, pero entonces el problema no es el uniforme, sino otro.

Luego dices que mitiga las "diferencias de clase". Es díficil encontrar colegios donde haya un amplio diferencial de renta en los padres (lo de las clases sociales es otra cosa) Y los que vayan a un colegio de un barrio de ricos creeme que tendrán su trajecito de 200 euros. Y precisamente esa igualdad integra en el grupo a los mismos hijos de la clase obrera en vez de crear subgrupitos por diferenciales de renta minúsculos (los que pueden tener bici, los que no, los que tienen la videoconsola y el movil y los que no etc)

Luego dices que el uniforme comienza a enseñar a los púberes cual será su futuro. Pues creo yo, que esa función principal la ejerce el propio sistema educativo, es decir, no es problema del uniforme en sí, sino el sistema educativo que obviamente reproduce la ideología dominante y te prepara para ocupar tu puesto en ella. Por no llevar uniforme no vas a dejar de ponerte el mono o el cuello blanco. (y en el primer de los casos tonto el que quiera mancharse la ropa y gastarse el triple) O acaso en la actualidad alguien más que los pijo-progres "creativos" no tienen que ponerse su traje de trabajo?

Resumen: Los motivos principales por los cuales os oponeis no me parecen convincentes. El uniforme en si no es malo. Es más auguro que si la medida se une durará tan poco como cuando las grandes empresas textiles presionen a la comunidad para retirarla, porque perderán dinero en el mercado infantil.

Salud y espero que sirva para la reflexión mútua.

Anónimo dijo...

Acepto que este texto tiene un tono panfletario bastante evidente y que, por lo tanto, no se detiene a analizar el asunto con el esmero que merecería... ¡pero es que es un panfleto, no un artículo de análisis sociológico!

También quisiera aclarar el malentendido producido en torno a mi último párrafo. Cuando hablaba de "argumento de autoridad", no me refería a que estuviésemos utilizando la autoridad del padre sobre el hijo como argumento a favor o en contra, sino a que utilizabas la autoría del texto como un argumento a favor de su falta de realismo. Esto es lo que en retórica se llama argumento de autoridad.

Por lo tanto, no veo necesario responder a todo cuanto has escrito sobre la autoridad. No viene al caso y, además, es difícil no estar de acuerdo con ello (si bien yo lo expresaría en otros términos, y con matizaciones importantes).

Aquí, la cuestión es otra. Tú dices que el uniforme es inocente y que, en cierta medida, favorece a los padres con poco poder adquisitivo. Yo digo que esto puede ser cierto, pero que hay que ver si no se persigue otra cosa mediante su implantación.

Como bien dices, la competitividad viene dada por la TV, los juguetes, las bicis, y toda esa serie de productos de consumo a los que tienen acceso los niños. Por lo tanto, la desigualdad social es un hecho en las escuelas y en las calles, ya sea en el seno de los barrios ricos o de los barrios obreros.

El uniforme no puede, pues, paliarla, si no, en todo caso, disimularla de cara a la opinión pública. Yo creo que se trata, ante todo, de afirmar esa idea tan extendida de que la escuela es igual para todo el mundo, indistintamente de su origen social. El uniforme, en este sentido, sería sinónimo de neutralidad.

En lo que al uniforme en el trabajo se refiere, yo no lo he mentado en toda mi argumentación y jamás se me ocurriría poner en duda la utilidad que puede tener para los trabajadores de ciertos ramos y oficios. Al hacer alusión a la identificación con el mundo laboral, yo sostenía, más bien, que el uniforme escolar favorece dicha identificación al crearla desde la más tierna infancia. Al fin y al cabo, el niño pasará casi dos tercios de su infancia ataviado con una prenda propia de la institución escolar.

Por lo demás, el problema planteado podría quedar resumido así: el uniforme como prenda no es lo más molesto*. Cualquier padre o madre que lo desee puede acercarse al centro comercial más cercano y comprar uno para su hijo, si considera que presenta mayores ventajas que una camisa y unos vaqueros. Lo que levanta las sospechas de los/as autores/as es que la Consejería de Educación promueva una medida tal, por los argumentos que se han aportado en el panfleto y - creo yo - por los que he podido añadir en mis dos respuestas.

Y nada... Tú sigue aportando cuanto debate quieras; será bien recibido.

¡Un saludo!

* A este respecto, cabría abrir una línea de debate - demasiado extensa y complicada de sobrellevar, a mi parecer - sobre estética y sobre construcción de la identidad.

Mr. Brown dijo...

Si un niño/a presiona a sus padres para que le compren ropa que (por cuestión cualitativa o cuantitativa) está más allá de su poder adquisitivo o de su conciencia de clase o lo que sea, los padres tienen que saber negarse, no por autoritarismo, sino porque (siempre en teoría) ell@s tienen un criterio más formado y más maduro.

Yo tenía compañeros que se burlaban de mí en el instituto por no llevar zapatillas de marca como ellos, pero no me avergonzaba, les llamaba "pijos" y demás porque tenía bien aprendido que lo que es estúpido es seguir la moda y no la lógica... no me parece tan complicado, a lo mejor es que es más cómodo dejar a las autoridades imponer reglas estúpidas de estas que intentar criar bien a l@s hij@s.

Por último, decir que el individualismo es malo cuando se lleva al egocentrismo (anteponer tus intereses a los de l@s demás), el hecho de tener una individualidad, una identidad propia y unos intereses propios, me parece lo más humano del mundo.

PD: Aparte de l@s "pijo-progres", también l@s autónom@s y cooperativistas se ponen la ropa que les da la gana, así como algun@s currit@s de determinadas empresas y sectores (la FNAC, que es una gran empresa, ha hecho de ella seña de su identidad "buenrollera").

Anónimo dijo...

que Alfredo opina lo siguiente:
A la hora de analizar cualquier fenómeno social hay múltiples factores que intervienen. Esos factores son complejos y funcionan de forma multidialógica, es decir, interaccionando unos con otros en una esfera de múltiples dimensiones. Como ningún científico social es capaz de señalar verdades absolutas en materia social, lo que se hace es un acercamiento parcial con un punto de vista determinado. Ese punto de vista remarcará unos aspectos sobre otros y siempre, absolutamente siempre, será parcial. Habrá otros puntos de vista válidos resaltando unos aspectos de la realidad sobre otros, o simplemente desde unos valores diferentes.
Además un análisis verdaderamente completo y riguroso debe ser propio de otro tipo de publicación.
El que escribió ese "artículo" no tiene hij@s en edad escolar y analiza, bien o mal, asuntos relacionados con ellos. Tampoco tiene coche y opina, sin rubor alguno, sobre y contra los coches. No tiene casi de nada y habla sobre casi todo (sin duda demasiado). El argumento de la experiencia es un seudoargumento que viene de la retórica desde Quintiliano. Es un recurso dialécticamente muy inteligente pero sólo es éso, un recurso argumentativo más.
En cualquier gusto es un enorme placer leer un debate inteligente que a todos nos enriquece desde la diversidad.
Salud.