16-01-2008
Ayer, día 15 por la tarde, un conjunto de doscientas personas, entre las que estaban algunas de las familias de las criaturas de 0 a 3 años que asistían a la escuela, se concentraron frente a la Consejería de Educación de la Comunidad de Madrid, en la calle Alcalá.
Esta concentración fue convocada por los sindicatos del comité de empresa, CC.OO, UGT y CSIT (la plantilla es personal laboral e interino) y contó con el apoyo de algunos representantes de asociaciones de vecinos y partidos políticos del barrio. Lo primero que llamaba la atención era la edad media de los concentrados, superior a los 45 años y el alto porcentaje de liberados sindicales de los sindicatos mencionados.
Escuelas Infantiles y Centros Infantiles
Hay que saber que cuando un centro se denomina “Escuela Infantil”, en Madrid, actualmente, suele acoger a criaturas hasta tres años (siempre era hasta 6) y tiene que cumplir una serie de requisitos mínimos en cuanto a espacios equipamientos, titulación de la plantilla, etc. Sin embargo conviene fijarse en otros centros que en los bajos de algunos edificios tienen el rótulo “Centro Infantil”. Éstos son todos ellos privados y no tienen los requisitos de las “Escuelas Infantiles”. Conviene saberlo a la hora de llevar allí a las criaturas.
En la zona de Carabanchel donde se encuentra la escuela, sólo hay para unos 120.000 habitantes, tres escuelas infantiles públicas con una oferta ridícula para las necesidades. Al igual que en otros sectores (Sanidad, Servicios Sociales) la escasísima construcción de Escuelas Infantiles públicas de la Comunidad de Madrid se pone en manos de entidades privadas a las que se les da la gestión. Ahora, incluso, las que, además de ser de titularidad pública tienen personal público, están eliminando dicho personal para meter empresas que la gestionen como en la de Pirámides.
El edificio en una única planta de esta escuela infantil ocupa una mínima parte del total de los 400 metros cuadrados rodeados de jardines de la misma. Estaba perfectamente dotada, tanto de equipamiento, como de personal (17 adultos para 60 niños y niñas), lo que suele ser habitual en las Escuelas Infantiles gestionadas directamente por la Comunidad de Madrid.
Sabiendo que son las mejores, familias sin problemas económicos pagarían bastante dinero por poder escolarizar ahí a sus criaturas, pues se consideran las de mayor calidad. Por la diferencia entre la oferta y la demanda, para poder acceder a estas escuelas se necesita obtener muchos puntos en el proceso de escolarización, de manera que el 90% de las familias se tienen que buscar la vida en “Centros Infantiles”.
¿Cuál es la única manera de competir con la Educación Infantil Pública, si suele ser de mayor calidad que la otra?- Pues eliminándola. Así de sencillo.
Por sorpresa
El asunto del cierre y demolición pilló por sorpresa el 8 de enero a familias y plantilla, pero según nuestras fuentes, en octubre ya hubo contactos con el director de la escuela y la dirección de un colegio público de la zona, al respecto. Lo adecuado es que hubieran filtrado antes esta información ¿Cuánta gente más lo sabía? ¿Eran de sindicatos o de partidos?
La reivindicación de esta comunidad educativa es la no desaparición de esta escuela, aunque se instalen provisionalmente en otras instalaciones educativas infrautilizadas en la zona, o bien prefabricadas, si no hay otra solución, mientras se construye un nuevo edificio.
La solución ofrecida por la Consejería de Educación, ni es “solución”, ni es “ofrecida”, porque es una imposición: que se vayan a la Escuela de Gestión Privada “Cinco Lobitos”, del PAU de Carabanchel, del mismo distrito, pero no del mismo barrio, a cinco km. de la escuela actual, aun sabiendo la edad de las criaturas, lo aparatoso de carritos y demás, y los escasos recursos de estas familias. Esta escuela “Cinco Lobitos” aún no cuenta con todos los permisos y, por ello, tienen que servirse de “catering”. Además han obligado a la plantilla de “Valle de Oro” a cederles deprisa y corriendo cunas y colchonetas, porque no había suficientes. Y, ahora, ¿qué pasa con las criaturas que están naciendo en el PAU? ¿dónde las llevarán? ¡una chapuza de la Consejería!
En contraste con la maravillosa atención que ha recibido el Colegio Privado Sagrado Corazón, a las familias y plantilla de esta escuela no se les ha informado, ni pactado, ni ofrecido transporte, ni volver a reconstruir el centro, ni se les aloja en otras instalaciones públicas, ni se les dota de un crédito extraordinario (noticia rumoreada) de 550 millones de antiguas pesetas para la reconstrucción, todo ello como premio por ser un centro religioso privado, en un barrio de clase media y haber realizado obras ilegales que podrían haber matado a gente.
Las familias que han podido se han resistido.
¿Qué ha pasado con la plantilla?
Los interinos han sido cesados y el personal laboral fijo está obligado a elegir otro destino hoy, lo que provoca su dispersión.
La Consejería no ha enseñado el informe técnico y tampoco ha ofrecido un compromiso. Lo que sí ha ocurrido es que la movilización social y de los medios de comunicación ha impedido el derribo previsto para el día 11.
Ante el temor de que se recalifiquen los terrenos, la coordinadora ciudadana se ha dirigido al Pleno de la Junta Municipal de Carabanchel para que no conceda "el cambio de calificación de uso”.
Seguiremos informando
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